El mundo ya no es lo que solía ser, cada vez evoluciona más
rápido, y las organizaciones deben aprender a transformar a su entorno para
sobrevivir, el precio de no cambiar es ser cambiado.
Las corporaciones se encuentran
hechas por personas, personas con talentos invaluables, sin embargo los
talentos que hoy se requieren mañana serán obsoletos. En esto se ha convertido
el mundo, en un lugar donde los cambios llegan tan pronto que ni siquiera nos
percatamos en cuanto nos han absorbido, en cuanto nos han ahogado.
El único modo de sobrevivir
cambiar con el medio, y el de prosperar es adelantarse al futuro. La
pregunta radica en si realmente nos encontramos dispuestos a asumir este reto.
El mundo laboral es un salvaje campo de
batalla, donde solo quienes se encuentren preparados podrán
triunfar y llegar lejos, mientras los
demás deben de conformarse con ver pasar la vida, o eso nos han dicho. ¿Qué es
estar preparados?, ¿Quiénes son los más preparados?; Quienes tienen más
estudios, mayor trayectoria laboral; que acaso las experiencias de vida no nos
preparan también para asumir nuevos retos, para adaptarnos al entorno, para
continuar, dar más y ser mejores. Acaso cada quien no se encuentra preparado en
un campo diferente, y solo hace falta encontrar cual es.
Las empresas piden como
requisito primordial estudios (de carreras universitarias con un pensum igual a
como era hace muchísimos años), exigen experiencia laboral en cargos afines
(como sí cada puesto de trabajo fuera igual al otro, como sí las empresas
fuesen copias unas de otras), buscan que cumplas con ciertos estereotipos
comportamentales, físicos, entre otros. En resumidas cuentas que "cumplas
con el perfil solicitado" como si un cargo de trabajo fuese un molde en el
cual solo pudiese caber solo la pieza adecuada.
Muchas personas son hechas a un
lado, talentos sin explotar que podrían dar un verdadero cambio a las
organizaciones. Se estigmatiza a quien no tiene un título, a quien esta
tatuado, a quien no piensa igual que el resto. Como si las organizaciones más
exitosas no hubiesen sido creadas por estos locos que se atrevieron a pensar
diferente, personas que ni siquiera pasaron por una universidad han liderado
grandes compañías, pero las empresas del común actúan como si desconocieran
dicha realidad.
No quiero que me mal entiendan,
no se trata de permitir ingresar a la organización a personas con
desconocimiento de la función que van a realizar, se trata de dar cabida a los
verdaderos talentos.
La innovación es la pieza clave
que hoy día mueve a las corporaciones, aquello que las hace nacer, crecer,
sobresalir al resto, y finalmente sostenerse, es inconcebible como en un mundo
donde sí no cambias te cambian las empresas sigan contratando personas
totalmente idénticas unas a otras, dejando de apreciar la individualidad
como factor diferenciador.
Empleados mecánicos, e iguales
que sigan normas de conductas iguales al resto, son contratados y valorados, lo
diferente es menospreciado y las nuevas ideas desechadas.
Organizaciones con este
concepto poco a poco se quedan atrás, pero son las que nos inundan, más cuando por fin aprendan a apreciar los talentos individuales como ventaja competitiva ya les será demasiado
tarde, habrán sido cambiadas.
El valor agregado que puede dar
cada persona a la organización es invaluable, pero se prefiere contratar
aquellos que son iguales, por esa llamada una zona de confort, donde nos
convertimos cómplices por no querer a aprender a explotar las competencias únicas
e individuales que se encuentran en cada ser, y caemos en el error de replicar
lo mismo que se ha hecho siempre.
Las personas deben de estar
preparadas para un entorno cambiante, hostil y un mundo laboral asfixiante,
pero... ¿El mundo laboral se encuentra preparado para las personas?
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