sábado, 22 de julio de 2017

SI NO CAMBIAS TE CAMBIAN... o ¿Deberían cambiar las organizaciones?





El mundo ya no es lo que solía ser, cada vez evoluciona más rápido, y las organizaciones deben aprender a transformar a su entorno para sobrevivir, el precio de no cambiar es ser cambiado. 

Las corporaciones se encuentran hechas por personas, personas con talentos invaluables, sin embargo los talentos que hoy se requieren mañana serán obsoletos. En esto se ha convertido el mundo, en un lugar donde los cambios llegan tan pronto que ni siquiera nos percatamos en cuanto nos han absorbido, en cuanto nos han ahogado.
                             
El único modo de sobrevivir cambiar con el medio, y el de prosperar es adelantarse al futuro. La pregunta radica en si realmente nos encontramos dispuestos a asumir este reto. 

El mundo laboral es un salvaje  campo de batalla, donde solo quienes se encuentren preparados podrán triunfar y llegar  lejos, mientras los demás deben de conformarse con ver pasar la vida, o eso nos han dicho. ¿Qué es estar preparados?, ¿Quiénes son los más preparados?; Quienes tienen más estudios, mayor trayectoria laboral; que acaso las experiencias de vida no nos preparan también para asumir nuevos retos, para adaptarnos al entorno, para continuar, dar más y ser mejores. Acaso cada quien no se encuentra preparado en un campo diferente, y solo hace falta encontrar cual es. 

Las empresas piden como requisito primordial estudios (de carreras universitarias con un pensum igual a como era hace muchísimos años), exigen experiencia laboral en cargos afines (como sí cada puesto de trabajo fuera igual al otro, como sí las empresas fuesen copias unas de otras), buscan que cumplas con ciertos estereotipos comportamentales, físicos, entre otros. En resumidas cuentas que "cumplas con el perfil solicitado" como si un cargo de trabajo fuese un molde en el cual solo pudiese caber solo la pieza adecuada.

Muchas personas son hechas a un lado, talentos sin explotar que podrían dar un verdadero cambio a las organizaciones. Se estigmatiza  a quien no tiene un título, a quien esta tatuado, a quien no piensa igual que el resto. Como si las organizaciones más exitosas no hubiesen sido creadas por estos locos que se atrevieron a pensar diferente, personas que ni siquiera pasaron por una universidad han liderado grandes compañías, pero las empresas del común actúan como si desconocieran dicha realidad.

No quiero que me mal entiendan, no se trata de permitir ingresar a la organización a personas con desconocimiento de la función que van a realizar, se trata de dar cabida a los verdaderos talentos.

La innovación es la pieza clave que hoy día mueve a las corporaciones, aquello que las hace nacer, crecer, sobresalir al resto, y finalmente sostenerse, es inconcebible como en un mundo donde sí no cambias te cambian las empresas sigan contratando personas totalmente idénticas unas a otras, dejando de apreciar la individualidad como factor diferenciador.

Empleados mecánicos, e iguales que sigan normas de conductas iguales al resto, son contratados y valorados, lo diferente es menospreciado y las nuevas ideas desechadas. 

Organizaciones con este concepto poco a poco se quedan atrás, pero son las que nos inundan, más cuando por fin aprendan a apreciar los talentos individuales como ventaja competitiva ya les será demasiado tarde, habrán sido cambiadas.

El valor agregado que puede dar cada persona a la organización es invaluable, pero se prefiere contratar aquellos que son iguales, por esa llamada una zona de confort, donde nos convertimos cómplices por no querer a aprender a explotar las competencias únicas e individuales que se encuentran en cada ser, y caemos en el error de replicar lo mismo que se ha hecho siempre.

Las personas deben de estar preparadas para un entorno cambiante, hostil y un mundo laboral asfixiante, pero... ¿El mundo laboral se encuentra preparado para las personas?
















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